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Los retos del 2023 para las empresas españolas

Las empresas españolas tendrán que enfrentarse a los retos del 2023 para seguir creciendo y ser competitivas. Algunos de estos retos los venimos viviendo desde hace tiempo, pero otros son nuevos y tienen que ver sobre todo con la evolución de la tecnología.

Por un lado, existe incertidumbre en la percepción del futuro de la economía española, con buenos datos indicativos pero que no garantizan completamente una evolución positiva. A pesar de sortear mejor que nuestros países vecinos el impacto de la COVID, del coste de las materias primas y la energía, la brusca evolución que puede darse en estos elementos hacen que las empresas tengan que estar pendientes de introducir cambios rápidamente para adaptarse a la realidad social que se presente.

El entorno político también es inestable. Las próximas elecciones pueden cambiar de manera significativa el rumbo de la política española y con ello afectar a la competitividad de las empresas en virtud de las medidas que se adopten. Tanto en las ayudas del estado como en cambios en la legislación, las empresas serán parte del epicentro de las decisiones que se tomen para relanzar la economía española.

La oportunidad de la globalización

En un mundo cada vez más globalizado, las empresas españolas se enfrentan a una creciente competencia de empresas de otros países. Esto, que llevamos viviéndolo ya varios años con una creciente presión del mercado asiático, se ha intensificado con la implantación de la digitalización y el teletrabajo a nivel mundial, lo que ha expandido las capacidades de las empresas para comercializar y vender sus productos y servicios a través de las fronteras. Esto debe ser un revulsivo para fomentar la digitalización y expandirse hacia nuevos mercados, reduciendo los efectos de la economía local.

Los gustos y preferencias de los consumidores también van a cambiar con el tiempo, lo que puede afectar a la demanda de ciertos productos y servicios. La pandemia nos ha enseñado que estos cambios que solían ser graduales, ahora pueden ser más bruscos y debemos estar preparados para afrontarlos diversificando y optimizando las herramientas productivas y comerciales.

En este sentido, las empresas españolas necesitan adaptarse a las nuevas tecnologías y tendencias para mantenerse competitivas. La digitalización todavía es una asignatura pendiente en muchos sectores y aunque mejora con el tiempo, ni todas las empresas están suficientemente digitalizadas ni las que han empezado el proceso introducen mejoras suficientes para seguir el ritmo de la competencia, especialmente la competencia internacional. El desarrollo de APIs que permitan comunicar los servicios de las empresas entre sí como parte de su intercambio comercial, va a ser clave en los próximos dos años para el crecimiento de muchas de ellas. Sin la correspondiente inversión en desarrollo, las empresas y reducirán su capacidad de crecimiento.

No debemos olvidar, en el panorama económico actual, las dificultades para acceder a financiación y capital de inversión para impulsar su crecimiento y desarrollo que tienen determinados perfiles de empresas. Las grandes empresas tecnológicas se han resentido en 2022 y eso se va a notar en la inversión sobre soluciones muy concretas. La pandemia también ha puesto de manifiesto el problema de las limitaciones de movilidad y reunión asociadas a las epidemias, por lo que ante las noticias de nuevos brotes, se puede reducir la apuesta inversora en negocios relacionados con la tecnología de consumo, el ocio o con sus productos.

El talento: indispensable

Retener el talento necesario para impulsar su crecimiento y desarrollo también será un reto en 2023.  Asegurarse de que los empleados reciben una remuneración justa y competitiva en comparación con otros trabajadores del sector es una manera eficaz de mantenerlos en la empresa, pero cada vez tiene más peso ofrecer una buena relación entre la vida laboral y personal. La «gran renuncia americana», donde muchos trabajadores se han negado a volver a las oficinas una vez que han demostrado su productividad con el teletrabajo, es el mayor ejemplo. Ahora los empleados valoran la flexibilidad en el lugar de trabajo y la posibilidad de conciliar la vida laboral y personal. Ofrecer opciones de trabajo a distancia o flexibilidad en el horario de trabajo puede ser una manera eficaz de retener el talento en los próximos años.

Y por si todo lo anterior no fuera suficiente, en este 2023 las empresas españolas van a tener que hacer frente a una serie de normativas y regulaciones cambiantes que afectarán a su actividad y competitividad. Desde las zonas de bajas emisiones que reducirán la movilidad de su flota de vehículos actual, a los cambios legislativos con respecto a la protección del consumidor. En definitiva, más cambios que van a alterar el modo de trabajar de las empresas.

Sin duda, el 2023 se afronta con incertidumbre, pero es importante que las empresas estén atentas a estos y otros retos, y tomen medidas para enfrentarlos y adaptarse a ellos de manera eficaz.