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Comunicando seguridad tras la COVID-19

La curva de la pandemia ha pasado. Todo vuelve a la normalidad. Al final el sistema social tiende a equilibrarse al igual que lo hace la física en el universo, pero eso no quiere decir que todo vuelva a ser como antes. Y ante esa tesitura, analizar qué ha cambiado y cómo adaptarnos es fundamental para que un negocio evolucione y siga creciendo. La sociedad actual es consciente de que hay un nuevo peligro global llamado «enfermedades infecciosas» y que no es algo puntual y ajeno. El confinamiento nos ha demostrado que es algo que nos afecta a todos, aunque no seamos población de riesgo o no estemos infectados.

¿Qué ha cambiado?

Las medidas de protección sanitarias se han convertido en un nuevo valor. El aforo, la distancia de seguridad, la higiene, los EPIs…todos ellos son elementos que ahora se valoran en el conjunto del producto o servicio. Porque ante una nueva enfermedad o un nuevo brote, el consumidor quiere saber que lo que compra cumple unos estándares que no lo pondrán en riesgo. El usuario siempre quiere seguridad.

Las medidas de protección sanitarias son algo que antes no hacía falta comunicar pero que ahora se vuelve indispensable para mantener la confianza del consumidor. Es un valor más, cómo el precio, la fiabilidad o la garantía. Por eso en las nuevas campañas de marketing ya se manejan términos como «covid free» en la búsqueda de clientes que quieran optar por un servicio o producto seguro para su salud.

Trabajando una imagen libre de virus

Identificada la nueva necesidad del consumidor, es hora de reflejarla en la imagen del cliente. Para ello completamos el mensaje que quiere transmitir la empresa con elementos que demuestren al consumidor que al elegir ese servicio o producto, no se va a ver expuesto a la COVID-19 (o al patógeno de turno que nos envíe la naturaleza).

Los vídeos corporativos tienen que mostrar las medidas de higiene y seguridad que se ejecutan en las empresas y en la fabricación de productos. Las campañas de marketing en medios tienen que complementarse con anuncios de las políticas de protección de trabajadores y consumidores frente a las enfermedades. Y las fotos de los negocios han de completarse con los recursos de EPIs, higiene y medidas tomadas por las empresas para evitar infecciones.

Evidentemente, cada producto o servicio requiere un estudio detallado de las necesidades en función del target, pero a grandes rasgos, el miedo a la COVID-19 ha cambiado las necesidades de una sociedad que quiere sentirse segura durante el proceso de consumo.